Sola
- Sindy Valenzuela
- 21 feb 2021
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 15 ago 2021
La soledad dolía de noche y de día, la incertidumbre era cada vez más grande. Con muy poca fuerza y mucha tristeza se puede vivir día a día o más bien se puede existir nada más. Solo pasan las horas y los días esperando a que desaparezca esa sensación de estar perdido. Realmente sin claridad de lo que vendrá, pero con una sensación de que eso era necesario, una convicción de que dolerá, pero no lo suficiente para apagar tu luz, no lo suficiente para quebrarte.
No hay nada ni nadie que te pueda detener, solo podría hacerlo el creador del universo y en ese momento su gracia es evidente. Él te rescató y ahora va construyendo días maravillosos. Lo que viviste tendrá sentido con el tiempo y serás más feliz de lo que nunca fuiste, porque la vida no se queda con nada y cosechamos lo que sembramos.
Se necesita un corazón dispuesto a esperar y la certeza de que todo pasará. Ya no hay temor de nada. Puedes estar SOLA, pero eso ya no asusta porque entiendes que nunca, nunca has estado sola y nunca lo estarás.
“Puedo cruzar lugares peligrosos y no tener miedo de nada, porque tú eres mi pastor y siempre estás a mi lado; me guías por el buen camino y me llenas de confianza,”
Salmos 23:4 (TLA)
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