¿Si no te doy ninguno de tus sueños me seguirías amando?
- Sindy Valenzuela
- 6 may 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 ago 2021
¿Si no te doy ninguno de tus sueños me seguirías amando? Esto fue lo que hace un par de años Dios me preguntó luego de mi evaluación anual de mi relación con Él. Estaba tan frustrada porque sabia que amaba a Dios y él me amaba, pero no lo veía. Relacionaba su amor con el cumplimiento de mis deseos, sueños o simples caprichos. Traté de ser lo más honesta posible y mi respuesta fue que a pesar de que no me diera nada iba a tratar de seguirlo amando. Obviamente mi corazón se rompió en pedazos. No había pensado en la posibilidad de nunca casarme, nunca servirle como misionera o no poder terminar mis estudios. Pero esta reacción honesta reveló donde estaba puesto mi corazón. O, mejor dicho, cual era el lugar que Jesús tenía en mi vida.
Luego de miles de historia sobre corazones rotos, inseguridades, perdidas y zonas de confort pude comenzar a saborear un poco a lo que Pablo se refería en Filipenses 3.7-9ª. Bueno, realmente es el Espíritu Santo quien me ha permitido comenzar a comprender esto. Me vi en un punto de mi vida donde tenía que comenzar a ser intencional en mi relación con Dios. No podía simplemente quedarme con los domingos, sino que quería poder disfrutar con Él de lunes a lunes.
Entonces, ¿Si no te doy ninguno de tus sueños me seguirías amando? La respuesta es diferente y Jesús ha comenzado a estar en otro lugar en mi corazón. No se trata de mi estatus sentimental, mi lugar de servicio o cuantos títulos tengo. Realmente nunca se ha tratado de eso. Desde el inicio en Génesis lo más vital era esa relación entre el humano y Dios. El sacrificio de Jesús fue para glorificarlo y relacionarnos con Él. Ahora estoy comenzando a vivir un día a la vez, buscándolo, pasando tiempo con Él. Si Jesús me desea regalar algunos de mis sueños, todos o ninguno, todo va a estar bien. Porque todo lo que necesito es a Jesús.
By MelI Roman
Commentaires