Transformación
- Sindy Valenzuela
- 20 jun 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 ago 2021
Quisiera compartir tantas cosas en pocas palabras, pero de lo más importante que puedo compartir es como una decisión transformó mi vida.
Antes de aceptar a Cristo en mi vida, tenía una vida según yo normal, como lo que la sociedad exige, una pareja, trabajo y una bebe.
Ninguna de las cosas que estaba viviendo me daban felicidad, estaba atada a una pareja por miedo de criar sola a una hija, ni siquiera mi hija con su dulzura, carita de ángel y todos sus encantos, podía llenar el vació que había en mí.
Al pasar el tiempo, nos mudamos. Dios ya tenía todo preparado, empecé a tener sentimientos y pensamientos extraños y a sentir un desprecio de parte de mi pareja, entonces el enemigo que vino a destruir empieza su proyecto de destrucción en mi vida. Una vida llena de pecado, culpa, rechazo, insatisfacción (muy humana).
Al pasar unos meses mi pareja repentinamente se va de mi casa engañándome como a una niña chiquita, después de haberme dicho que me amaba y no quería perdernos...Y pues lloré, sentí culpa, me sentí poco mujer, a pesar de haber aceptado a Cristo 2 semanas atrás, quizá fue de boca y no de corazón.
Al estar sola en casa, un día lloré sinceramente y hablé con Dios, le pedí que me llenará, que llenará todo vació y que fuera el padre que no tuve, el sacerdote de mi hogar, el proveedor nuestro y mi amigo. Su respuesta a eso, creo en lo profundo de mi ser, fue un sí acepto. Desde entonces he tenido días difíciles como todos los seres humanos, pero también he tenido experiencias buenas y he logrado tanto de su mano que no me canso de agradecer.
Tengo una casa, he viajado a 3 países, saqué mi licenciatura, pero lo más importante, he visto la gloria de Dios descender y obrar en medio de un caos para transformar todo en un lugar mejor.
Espero que quién lea esto se llene de certeza de que Dios es el mejor camino, su salvación el mayor y mejor regalo.
By Jeylin Solis Jarquin
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