Tu Amor.
- Sindy Valenzuela
- 30 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 ago 2021
Mi fe no llegó de repente, tampoco fue impuesta por mi familia. He construido poco a poco y día a día mi fe y relación con Dios. Aunque algunas veces siento que también la destruyo pues no siempre tengo ánimo, fe, no siempre tengo ganas de creer que hay un Dios que tiene el control de todo y que se hará justicia en un mundo tan siniestro. En un mundo lleno de gente sin amor al prójimo ni amor propio. Solo quieren competir para sobresalir o destruir para que todos sean tan infelices como ellos lo son. Eso me hace perder la fe y la esperanza en la justicia.
Siento que muchas veces Dios da más misericordia a personas que no la merecen, y que por otro lado merecen recibir todo lo malo que han dado. Me estremece leer lo que estoy escribiendo, suena duro y pienso que muchas veces soy yo esa persona que ha recibido más misericordia de la que debería, soy yo esa persona que ha actuado en contra de la voluntad de Dios sin temor ni pudor, y en cambio solo ha recibido bendiciones, enseñanzas y amor.
Quisiera tener una conversación larga y extensa con Dios para entender su amor. Ese amor que no termina nunca, que no discrimina y que no depende de mis acciones. Siempre es puro, noble, poderoso y transformador.
Si mi fe desfallece, si no salen palabras de mi boca para adorarte sabes que estoy agobiada por el mundo, pero sigues siendo tu mi Dios, el que me llevó lejos, que me cuidó, guio, el que me sostuvo en todo momento y nunca me avergonzó. Solo tu sabes lo que hay en mi corazón y aún así tu amor es paciente conmigo
Espero honrarte en medio de la incertidumbre y el cansancio. Dame sabiduría y paz para no juzgar y descansar en ti.
AMEN.
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